Libros infinitos.

Lo que pasa (lo que me pasa) al enfrentarse a obras descomunales como The Cantos de Ezra Pound; "A" de Louis Zukofski; Splendor de Enrique Verástegui o La Divina Revelación de Héctor Hernández Montecinos es que generan fricción. Fricción y estímulo en zonas habitualmente mudas o muertas del lector. Son lecturas sin lubricante (iba a decir sin vaselina por convención, pero me di cuenta de que sería injusto para con la plétora de lubricante hidrosolubles). Son masas pétreas en subducción. Placas tectónicas. Son lecturas que en un lector engrasado resbalan, pero que en un lector ríspido y abrasivo generan luz y calor. Es imposible sustraerse a su embrujo. Son libros-gömböc (cuerpo geométrico tridimensional con un único punto de equilibrio estable y un único punto de equilibrio inestable siendo homogéneo y convexo: no importa como se deje, siempre vuelve a la misma posición); son libros-gato (que siempre caen parados). Se transforman en gigantescos espejos cóncavos que concentran la propia imagen y la devuelven amplificada, de manera que el lector, abrasado cual hormiga bajo la lupa y sin necesidad ya de preocuparse por la integridad de su propio cuerpo (yo), es capaz de diluirse sin resistencia en el abismo de su extensión y borronear el límite entre lector-autor, sujeto-objeto (y ojo que no todos los poemas largos son poemas extensos). Ese vértigo del que uno participa no le deja otra opción que iniciar la escritura de otro libro infinito, que no es más que el mismo que todos estos autores han estado tratando de escribir. Siempre será un intento fallido, y en eso radica su valor y su fuerza. Un intento fallido tras otro: un libro infinito tras otro. Cada uno de ellos escribe porque escribir es imposible. Ya lo dijo Bruno "El fracaso en las altas empresas satisface más al espíritu que el éxito en las pequeñas y bajas". Y Bruno nos habla desde la hoguera, pero no desde la hoguera inquisitorial, ni desde la hoguera de las vanidades, sino desde la hoguera del Fuego Secreto que gobierna el genio detrás de (y en) cada una de las obras que cité. In girum imus nocte et consumimur igni.

Comentarios

Entradas populares de este blog

El color perdido

Escritura del simulacro.

Sin título 4